CONSEJOS BÁSICOS SOBRE SALUD
Vacunas
Tanto si se viaja a Bali como a cualquier otro destino desconocido, en especial si se trata de un país tropical, se debería uno de informar sobre qué vacunas podrían necesitarse.
En el caso concreto de Bali, no se necesita ninguna vacuna. No obstante, es conveniente ponerse en contacto con el Centro de Vacunación Internacional más cercano y allí nos podrán informar sobre las pautas a seguir respecto a cualquier país acerca del que consultemos.
En España existen centros de vacunación internacional en la mayoría de las ciudades, para consultar la lista de su ubicación pinchar aquí.
Para consultar dónde se encuentran los centros de vacunación internacional de otros países, habrá que dirigirse a las páginas oficiales de sus respectivos ministerios de sanidad.
Alimentación
Bebidas
La única recomendación es que toda el agua que se beba sea embotellada y que esté precintada. No se debe de beber agua directamente del grifo, ni los mismos balineses lo hacen si pueden evitarlo. Esto incluye el hielo que utilizan para hacer los batidos, zumos y para enfriar las bebidas, aunque esto es difícil de controlar puesto que muchas de las bebidas se preparan en el interior de las cocinas de los restaurantes y es casi imposible verificar la procedencia del agua que han empleado en la elaboración del hielo.
Para tranquilizar, diré que yo he bebido multitud de zumos en Bali y de batidos que se preparan con hielo picado, al igual que el resto de personas (turistas y balineses), y jamás me ha sucedido a mí o al resto de personas nada anómalo.
Alimentos
Como norma general, se aconseja no tomar alimentos crudos. Esto incluiría las verduras en ensaladas, los huevos y la fruta. Pero, sinceramente, privarse del placer de comer fruta en Bali sería un atentado contra nuestros propios sentidos, como pasear por la isla sin aspirar el delicioso aroma de las flores.
Se pueden comer sin temor.
Mosquitos
Mención aparte merece el tema de los mosquitos y mayor riesgo entrañan, si cabe, sus picaduras.
Es, sobre todo, en la estación lluviosa, cuando existe una gran proliferación de mosquitos en la isla. Sin embargo, siempre es conveniente protegerse contra los ataques de estos insectos.
En primer lugar, por lo molesto que resulta y en segundo lugar, por las enfermedades que pudieran transmitir: paludismo o dengue, entre otras.
Para ello, en Bali venden unas lociones en los mismos supermercados que se aplican como una leche hidratante por todo el cuerpo y te mantienen libre de sus picaduras por unas horas. No son caras, se pueden conseguir por unas 5000 ó 6000 rupias (menos de 1 €), las venden en envases de unos 150 ó 200 ml.
De todos modos, quizás sea mejor ir prevenidos desde el lugar de origen con algún producto o parche de los que se venden ahora en las farmacias, los cuales impiden que se acerquen.
Como consejo:
Hay que tener especial cuidado en las zonas más húmedas y boscosas, suele haber menos mosquitos en las áreas urbanas que en las rurales.
A partir de las 6 de la tarde no se debe de bajar la guardia, es la hora en la que empiezan a salir a buscar a sus víctimas.
Las puestas de sol son muy románticas, especialmente en Bali, pero si eres de esas personas que suelen ser el blanco favorito de estos insectos, no te aconsejo que vayas a contemplar ninguna sin la debida protección, sobre todo en el norte.
La playa es uno de sus lugares preferidos y, más, aquellas en las que hay mayor vegetación (en realidad, todas).
Yo, personalmente, he sufrido en Bali ataques de mosquitos (que más parecían avionetas) que me han producido dos infecciones serias, las cuales tuvieron que ser tratadas con antibióticos.
La solución a esto, como se ha mencionado más arriba, es la prevención con productos insecticidas adecuados y la prudencia.
Sol
Con respecto al sol hay que extremar las precauciones, incluso en días nublados en los que aparentemente no nos quemaríamos.
Es muy conveniente ir a Bali provistos de una buena crema solar de factor de protección alto o, a ser posible, de pantalla total. Deberemos de renovar la aplicación cada 2 ó 3 horas, en especial en las horas en las que la exposición es mayor y, por tanto, el riesgo de sufrir quemaduras.
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